Cuidado de joyas

¿Cómo conservar las joyas el mayor tiempo posible?

  • mantener las joyas limpias y protegerlas de los posibles daños
  • almacenamiento adecuado
  • limpieza profesional de manera periódica

Principios básicos para el uso de joyas

INFLUENCIAS EXTERNAS

La superficie de las joyas debe protegerse de los daños que pueden producirse, por ejemplo, durante las tareas domésticas, el deporte, la ducha o al dormir. Se aconseja guardar las joyas durante estas actividades. La superficie y el aspecto de las joyas se ve afectado por diversos factores externos, como el contacto con agua (dulce, termal, mineral, salada), productos químicos, sudor, cosméticos, perfumes, productos de limpieza y otros.

ALMACENAMIENTO

Lo más esencial es un almacenamiento adecuado, ya sea en un joyero, unas bolsas plásticas (de PVC) o también la tela con el menor acceso de aire posible. Es importante guardar las joyas en un lugar limpio y seco, fuera del alcance de la luz solar y de grandes cambios de temperatura. De lo contrario, las joyas pueden perder su brillo y pueden producirse manchas en su superficie. Al guardarlos, no mezcle piezas individuales apiladas en un mismo cajón, estuche, caja, joyero sin separadores o bolsitas. Cada producto debe guardarse por separado para evitar daños mecánicos. Especialmente los productos con piedritas brillantes incrustados pueden dañarse fácilmente de esta forma. Por tanto, es mejor guardar cada pieza en bolsitas separadas o en un joyero con separadores.

LIMPIEZA

Para que sus joyas duren el mayor tiempo posible, además de protegerlas de posibles daños y guardarlas adecuadamente, siempre debe mantenerlas limpias con regularidad. En droguerías y joyerías puede encontrar productos y pañitos especiales para la limpieza y cuidado de joyas. Estos preparados están especificados para su uso según el tipo de material. El material del pañito está especialmente adaptado para que no se estropee el aspecto de los productos. Además de mantener la limpieza de joyas en casa, es recomendable llevarlas a un profesional al menos una vez al año.

Cuidado del acero inoxidable

El acero es un material bastante resistente a los daños mecánicos, la corrosión o los arañazos. Tiene un brillo intenso y su suavidad típica garantiza una acumulación mínima de suciedad en la superficie. Su aspecto se asemeja al de la plata, pero es más asequible. Las pastas dentales ni los desinfectantes con alto contenido en alcohol son adecuados para su limpieza. Los distintos cepillos y esponjas para el entorno doméstico pueden dañar la superficie. Los pañitos de algodón impregnados con una acción profunda y un rápido retorno del brillo, o las esponjas de limpieza con una superficie suave, diseñadas para el mantenimiento de joyas, son ideales y adecuados para su limpieza. En el mercado existen diversos líquidos, pastas o espumas para joyas de acero con la proporción adecuada de sustancias en la composición para devolver el brillo a la joya y dejarla reluciente. En el caso de las joyas que llevan piedritas engastadas, es importante tener mucho cuidado al limpiarlas, aunque sería que lleve una capa de otro metal en su superficie. En este caso, es necesario proceder según lo requiera el metal concreto utilizado.

Cuidado de la plata

La plata es popular especialmente por su aspecto delicado. La verdad es que requiere más cuidados debido a que se ve afectada fácilmente por el ambiente exterior y reacciona con decoloración y pérdida del brillo. Sin un tratamiento superficial, puede sufrir oxidación, es decir, volverse negra. El baño de rodio en plata suele proporcionar su mayor resistencia y durabilidad. Las joyas con este pulido son más brillantes y duraderas. En el caso de las joyas sin baño de rodio, es aconsejable prestar especial atención a su limpieza. La plata es un metal más blando y se raya con facilidad, por lo que debe utilizarse un pañito suave especializado para limpiarla, junto con un producto adecuado para mantener la superficie de las joyas de plata. Los productos para lavar cubiertos de plata no son adecuados para el mantenimiento de joyas de plata, ya que pueden dañarlas.

Cuidado de la piel

La piel es un material sensible y un uso y mantenimiento inadecuado puede provocarle daños. Con el cuero hay que tener especial cuidado al entrar en contacto con el agua. El cuero también se mancha con facilidad, por lo que es aconsejable evitar el contacto con tejidos u otros materiales que puedan manchar o contaminar su superficie. Las manchas no se pueden quitar de él. El cuero se raya o desgasta con facilidad, por lo que es recomendable extremar las precauciones y protegerlo de estos posibles daños. También es recomendable evitar el contacto prolongado con una fuente de calor o agua (como por ejemplo la exposición a la lluvia). El color y la calidad también se ven afectados por la acidez de la piel, el sudor y, por supuesto, el nivel de desgaste. Evite el uso de productos agresivos y el contacto con productos químicos o lejías. Resulta adecuada la limpieza con un pañito suave especial, humedecido suavemente en agua limpia, seguido de un secado con un paño seco. Se recomienda el uso de cremas no perfumadas para restaurar el aspecto del cuero o aceites naturales especializados para el mantenimiento de la superficie de los mismos.

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